¡ Que bueno ! La verdad es que leyendo esto entran ganas de agarrar el telescopio y sacarlo fuera. A ver si mejora el tiempo pronto.
Yo también quiero contar algo. Mi primer contacto con la Astronomía.
Hace casi 40 años mi Padre, con mucho esfuerzo, me regaló un telescopio pequeñito (50 mm de apertura). Para mí fué una ilusión tremenda y me puse a usarlo como un catalejo en pleno día con la mala fortuna de cruzarme con el sol de Agosto. Esto me supuso estar tres días viendo colores raros por ese ojo. Pero, poco después, usándolo de noche, sin tener ni idea de donde estaba mirando, y con la ilusión de un niño de 11 años que piensa que va a descubrir algo nunca visto, vi un puntito singular, un puntito que después de estar un rato intentando enfocar parecía que era más gordito que todo lo que estaba viendo hasta ese momento y que, además, parecía que no era redondo. ¡ Era Saturno ! ¡ y se veía su anillo !. Ví Saturno por casualidad y era de verdad, yo lo estaba viendo con mis propios ojos.
Pocas veces en mi vida he vuelto a tener esa sensación de sorpresa y de satisfacción.